¿Qué es el Yogur?
El yogur es el producto obtenido por fermentación de la leche mediante la acción de Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus termophilus, Saccharomyces (kéfir) o Lactobacillus acidophilus (bio).
Las bacterias Lactobacillus Streptococcus y Bifido-bacterium poseen características probióticas y por ello son incluidas. Pero deben estar en cantidad suficiente para sobrevivir al ácido estomacal y resistir a los efectos bactericidas de las sales biliares en el duodeno, no todas las bacterias lo soportan por igual, lo que tiene gran importancia.
¿Qué efectos tienen estas bacterias probióticas?
– Inhiben microorganismos patógenos.
– Estimulan la respuesta inmune.
– Contribuyen al buen funcionamiento del intestino grueso.
– Favorecen la digestión de la lactosa, de gran interés para las personas intolerantes a la misma.
– Alivia los trastornos gastrointestinales como el estreñimiento y las diarreas crónicas, o agudas, debidas a rotavirus.
– Se le atribuye una cierta protección frente al cáncer de colon.
¿Cuál es su valor nutritivo?
El valor energético y el contenido de proteínas del yogur es similar al de la leche, pero a diferencia de esta es más digestible. Constituye una fuente importante de Ca, P, vitaminas B1 y B12. Además posee ácido láctico que ayuda a la síntesis de vitaminas del grupo B a nivel intestinal y favorece la absorción de otros nutrientes como calcio y hierro.
El yogur ocupa un lugar importante en la alimentación por su aporte en nutrientes muy adecuados para cubrir las necesidades de diversos grupos de población: ancianos, niños, mujeres gestantes y lactantes.
Debes tener en cuenta que al calentarlo para hacer salsas o los yogures pasteurizados después de la fermentación mantienen en mayor o menor medida su valor nutritivo pero sin embargo no mantienen los efectos probioticos.