Una alimentación saludable es aquella que nos permite conservar y recuperar la salud, nos disminuye el riesgo de enfermar y nos permite obtener el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. El llevar una alimentación saludable nos facilita la reproducción, la gestación, la lactancia y el crecimiento adecuado.Debe ser equilibrada, completa, adaptada y asequible.
Además de cubrir las necesidades de nutrientes y energía en las distintas etapas de la vida, la alimentación debe ser sensorialmente agradable, es decir apetecible y adaptada a nuestros gustos. Para conseguir que sea equilibrada debemos incorporar gran cantidad de alimentos, sobretodo frescos y de origen vegetal, evitando las bebidas alcohólicas, los alimentos procesados y los refrescos.
A lo largo de la vida, la alimentación debe ir variando según la situación fisiológica y/o fisiopatológica, los aspectos culturales de cada persona y su entorno son factores muy importantes en la alimentación de cada persona. Si usamos los los productos autóctonos y de temporada nos aseguraremos un buen aporte nutritivo, además de ser más económicos.
De esta forma los diabéticos deben priorizar el consumo de glúcidos de bajo índice glucémico (cereales integrales), las personas con anemias ferropénicas deben aumentar el consumo de hierro (legumbres, carnes…) , las mujeres en espera de gestación aumentar el consumo de ácido fólico (verduras de hoja verde, frutos secos, legumbres…)….
No olvides preguntar a tu Dietista-Nutricionista sobre las mejores opciones para mejorar tu alimentación.