La buena nutrición junto con la práctica de ejercicio físico regular es muy importante para mantener la salud. La nutrición inadecuada disminuye las defensas, puede alterar el desarrollo mental y físico y disminuye nuestra productividad.
Los buenos hábitos alimentarios incluyen gran variedad de alimentos, su preparación y conservación modifican sus cualidades, no sólo físicas, si no también las nutritivas, pudiendo mejorarlas o empeorarlas.
La mezcla, cada vez mayor, de la población de distintos países y culturas esta modificando estos patrones, a continuación se nombran las “más comunes”.
1. Dietas occidentales: Caracterizadas por un consumo elevado de carne roja, alimentos con grasa animal saturada y grasa vegetal hidrogenada, repostería (a base de azúcares refinados), cereales refinados y bebidas azucaradas
2. Dietas vegetarianas: Caracterizadas por el consumo de alimentos vegetales y la exclusión de alimentos de origen animal:
- Crudívoros: Comen vegetales sin cocinar, excluyen legumbres y derivados de los cereales, como el pan o los espaguetis.
- Frugívoros: Comen frutas y hortalizas que constituyen el fruto de la planta, frutos secos y semillas.
- Pollovegetariana: Incluye pollo y pavo.
- Ovolactovegetariana: Incluye huevos y leche
- Pescovegetariana: Incluye pescado.
- Plactovegetariana: Incluye leche.
- Ovovegetariana: Incluye huevos.
3. Dietas semivegetarianas : Consumen con más frecuencia productos vegetales y, menos productos de origen animal.
4. Dieta mediterránea: Consumen muchos cereales, aceite de oliva, legumbres, hortalizas y frutas y moderadamente productos lácteos y vino. Potenciando el consumo de pescados frente a carnes.