Con el verano, los termómetros se disparan y es ahí cuando aparece la cervecita ¿a quién no le gusta una cerveza con los amigos? ¿y que decir de la cerveza de la playa?. Este alimento no es nuevo, recordar que desde la antigüedad el hombre hacía uso de los cereales y sus derivados, llegando incluso a formar parte de su dieta habitual los cereales terminaron constituyendo la base de una alimentación sana, como es el caso de la dieta Mediterránea. Sin embargo el origen de la cerveza no proviene, como mucha gente cree, ni de los monjes ni de los viquingos, su conocimiento y uso se remonta a la época de Mesopotamia.
La cebada es el quinto cereal más empleado del mundo y se fermenta fácilmente debido a su gran cantidad de almidón y azúcares, obteniendose un caldo amarillo y denso conocido como cerveza.
La cerveza no sólo nos aporta las “calorías vacías” provenientes del alcohol etílico. A diferencia de otras bebidas alcohólicas, el consumo moderado en el adulto, puede tener efectos beneficiosos para la salud. De esta forma, podemos decir que la cerveza contiene fibra soluble, que evita el estreñimiento, disminuye el colesterol, la aparición de diverticulitis y la incidencia de cáncer de colon; incluso si su consumo es moderado puede ayudar a complementar el aporte de fibra de otros alimentos, como los cereales, las frutas y las verduras.
Posee también folatos, que reducen el riesgo de anemia megaloblástica y polifenoles, antioxidantes naturales que reducen la oxidación que promueve el envejecimiento del organismo.
Como azúcares, un dato importante para los diabéticos, destacamos la presencia de maltodextrinas, ampliamente usadas por deportistas porque se metaboliza lentamente liberando glucosa progresivamente a sangre, evitando generar un pico de concentración de glucosa en sangre y dando a su vez un pico menos elevado y mas extendido, lo que es aconsejable.
Por otro lado también podemos nombrar que posee gran cantidad de fósforo y vitaminas del grupo B así como de potasio lo que favorece su efecto diurético. Sin embargo carece de vitaminas liposolubles (E,A,K,D) y de vitamina C, sensible a la temperatura de su elaboración.
Sorprende el bajo contenido en sodio, de especial relevancia en dietas hiposódicas que son necesarias en patologías como la hipertensión. Comparándola con la leche su contenido en sodio es 16 veces menor y posee un valor aproximado si la comparamos con el agua potable.
Actualmente la cerverza se ha considerado un alimento funcional porque aporta compuestos bioactivos como el xanthohumol con características antioxidantes. Sin embargo en las dietas de adelgazamiento se debe tener en cuenta que aporta una media de 130-150 Kcal por botellín en función de su graduación.